"UNA MUJER SEXUALMENTE CONSCIENTE ES UN SER MUY PODEROSO, ESTAMOS EN UNA NUEVA ERA, EN EL RESURGIR DEL DIVINO ESPIRITU FEMENINO; LOS HOMBRES DEBEMOS HONRAR ESE ESPIRITU EN NOSOTROS MISMOS."
Esta cita la he recogido de la película El amor es éxtasis, ya que avala mi idea de que en estos momentos existe la necesidad de que la mujer recupere su poder y su fuerza vital a través de su sexualidad y de su creatividad, para guiar, a su vez, al hombre a que recupere su parte femenina, a través de ella en el acto sexual. Esta visión coincide con lo que expongo en mi proyecto La Danza del Vientre Consciente: Hacia una feminidad más Consciente, y que es la que se tenía en la antigúedad y que comento en el artículo sobre la figura de la prostituta sagrada, en la que los hombres, a través de estas figuras femeninas, que nada tenía que ver con lo que se considera actualmente como prostitución, entraban en contacto con su parte divina.
Haciendo sagrado de nuevo el cuerpo femenino
En la antigüedad, antes de que lo Femenino fuera desterrado y de que las mujeres fueran despojadas de todos sus poderes, los misterios del cuerpo eran celebrados con rituales. La menstruación, la sexualidad, el parto, la menopausia y la muerte eran pasos de gran importancia que debían ser hondadas como transiciones entre los dos mundos. El cuerpo femenino era el vehículo de esas transiciones.
En la actualidad, en algunas tribus americanas existe una mujer a la que se forma en el arte de la sexualidad para iniciar a los muchachos durante su pubertad en los secretos del cuerpo femenino. Es la mujer de fuego, y tiene su contrapartida, el hombre de fuego que inicia las muchachas. Hacer el amor constituye una práctica y una curación espiritual que de manera ideal tendría que estar disponible para todo el mundo. En los tiempos antiguos existía una precursora de esta mujer de fuego, la prostituta sagrada que facilitaba el acceso a lo sagrado antes de que existiera la falsa división entre lo pecaminoso y lo sagrado. Esta mujer conducía a los hombres a reconectar con lo sagrado en ellos y en ella. Hoy en día hemos sido desposeídos de nuestra sexualidad natural, nuestros instintos han sido reprimidos y nuestro sentido de lo sagrado ha sido desterrado. Hasta la época de los sacerdotes, las mujeres eran una puerta a lo divino; si los sacerdotes deseaban interponerse entre el pueblo y lo divino, tenían que apartar a las mujeres de aquella función. No se trataba de que la sexualidad fuera pecaminosa en sí misma, se trataba de que para obtener el poder los sacerdotes tenían que reemplazar a las mujeres como camino hacia lo divino.
Las consecuencias han sido devastadoras: los hombres se enfrentan a una proyección escindida del arquetipo Femenino, buscando el cariño y la nutrición en la figura de la madre y la excitación y el erotismo en la figura de la amante o ramera. Como mujeres que vivimos bajo el fondo de estas proyecciones hemos perdido la conexión con nuestra sexualidad, que fuera en un tiempo una vía de alegría y autoexpresión y un vínculo con el aspecto sagrado de nuestros cuerpos. La Prostituta sagrada fue Cada Mujer y se puso disponible al servicio de los Dioses. La tarea consiste en aceptar el cuerpo como espiritual y la sexualidad y el amor erótico como disciplinas espirituales, es decir, honrar lo femenino.
La película, también ofrece una nueva visión de la sexualidad como herramienta terapéutica para sanar las heridas y los traumas emocionales de la infancia asociados a la ésta. Os la recomiendo!
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