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jueves, 17 de marzo de 2011

Los Beneficios Físicos Danza del Vientre Consciente

Los Beneficios Físicos Danza del Vientre Consciente
Los movimientos de la danza del vientre son muy orgánicos para el cuerpo de la mujer. No van nunca contra el cuerpo, sino siempre a favor de éste. Se practican desde la ausencia de tensión interna en un estado de relajación física y emocional.
Al practicar esta danza la mujer conecta con un código interno que ya conoce, sólo tiene que recordarlo. Es un código inscrito en nuestro cuerpo, compuesto de unos movimientos muy agradables de hacer, muy femeninos y muy naturales.
Al empezar el aprendizaje de esta danza hemos de partir de la observación de nuestro cuerpo, tanto desde un punto de vista interno como externo. Hemos de acercarnos a él sin prejuicios ni ideas preconcebidas.
La relajación de la musculatura contribuye enormemente a disolver nudos musculares, contracturas y tensiones, aliviando los dolores y las limitaciones en el movimiento. Automáticamente la persona se siente mejor, ya que descubre las verdaderas posibilidades de su cuerpo. Deja de sentirse limitado y empieza a experimentar con el movimiento.
El calentamiento del cuerpo pasa por la movilización de las principales articulaciones del cuerpo, como los hombros, las muñecas, las caderas, las rodillas, los tobillos y el cuello. De esta forma, el cuerpo va recuperando poco a poco su flexibilidad y su movimiento natural, la rigidez se va soltando y la persona comienza a sentirse más flexible y más ágil, menos limitada.
La danza del vientre se basa, principalmente, en movimientos de cadera, manos, dedos, muñecas, torso y hombros que, por lo general, son las articulaciones más afectadas por las enfermedades óseas actuales, y que se derivan de la rigidez y del bloqueo energético causado por las distintas disfunciones psíquicas y emocionales o por las malas posturas adquiridas en las profesiones de hoy en día.
La Columna Vertebral
La danza  es una “correctora nata” de la alineación de nuestra espalda. Para bailar la danza del vientre es imprescindible “encajar” la cadera, es decir, traer el centro de rotación de la pelvis a su sitio.
 Muchas personas, especialmente mujeres, sufren en la actualidad de lordosis vertebral causada por andar con el “culo fuera” o tener el culo “respingón”. Esta deformación es potenciada por los cánones estéticos imperantes en la actualidad, que considera esta parte del cuerpo femenino como unos de los principales elementos de atracción del sexo opuesto. Y tiene su sentido, ya que todo esto deriva de las culturas primitivas, en las que las hembras utilizaban esta parte de su cuerpo como reclamo para el macho con el fin de incitarle a la cópula. En aquellos momentos, este aspecto era un elemento clave para la preservación de la especie humana.
La columna tiene unas curvaturas naturales que hay que respetar, pero de ningún modo ha sido concebida para ser un elemento de “exhibición” o de “conquista”. Todo lo contrario. Nuestra columna es nuestro soporte físico en la vida; es la que nos lleva y la que nos sostiene, la que nos aporta la estructura física necesaria para vivir y para movernos, para manifestarnos en el plano físico. Equivaldría a las bases y la estructura de una casa o de un edificio a la que se le van añadiendo otros elementos con posterioridad.
Para funcionar tiene que estar bien cuidada y todos sus componentes tienen que estar bien encajados. Es todo un engranaje de piezas y elementos que empieza desde abajo, desde el coccis, situado en la pelvis.
Los ejercicios de estiramientos están dirigidos a lograr una correcta alineación de la espalda, trabajan la verticalidad del cuerpo y refuerzan la musculatura adyacente a la columna, dotándola de fuerza y sujeción.
Autoestima
Se trabaja el posicionamiento, es decir, los pies firmemente plantados en el suelo abiertos al ancho de las caderas, que nos posiciona en el mundo y determina lo que podemos o no podemos hacer  (nuestro cerebro reptil). Al posicionarnos en nuestro cuerpo sentamos las bases de la confianza, ya que sentir que puedo es la confianza en uno mismo y nos da autoestima.
Toma de Conciencia Corporal

Gracias a la técnica de la disociación, que permite disociar cada una de las partes del cuerpo del resto, la persona va tomando conciencia poco a poco de que tiene “hombros”, “pecho”, “cadera” etc. a la vez que va soltando la musculatura y liberando tensiones.  Empieza a relajarse y a sentirse bien.
La disociación permite conectar con el cuerpo al disociar cada parte del cuerpo del resto, de una forma lenta y progresiva.
Relajación y tonificación muscular: Firmeza y Flexibilidad

La relajación de la musculatura contribuye enormemente a disolver nudos musculares, contracturas y tensiones, aliviando los dolores y las limitaciones en el movimiento.  Automáticamente la persona se siente mejor, ya que descubre las verdaderas posibilidades de su cuerpo. Deja de sentirse limitado y empieza a experimentar con el movimiento.
El calentamiento del cuerpo pasa por la movilización de las principales articulaciones del cuerpo, como los hombros, las muñecas, las caderas, las rodillas y los tobillos. De esta forma, el cuerpo va recuperando poco a poco su flexibilidad y su movimiento natural. La rigidez se va soltando y la persona comienza a sentirse más flexible y más ágil, menos limitada.

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